El agua elemento vital en la ganadería de leche
El agua es el nutriente simple más importante para el ganado. Los animales, así como los humanos, pueden vivir por largos períodos sin comida. Pero sin agua, puede ocurrir la muerte en cuestión de días. Desafortunadamente, en nuestras explotaciones es frecuente encontrar que tanto la calidad como la cantidad de agua provista al ganado no revisten mayor preocupación y son a menudo descuidadas.
El agua está involucrada directa e indirectamente en la mayoría de los procesos fisiológicos ocurridos en los bovinos. Participa como medio de transporte de nutrientes, material de desecho, hormonas y otros mensajeros químicos.
Los animales utilizan el agua para su nutrición y crecimiento obteniéndola de tres fuentes fundamentalmente:
– La contenida en el alimento.
– La que se produce durante el proceso de asimilación de los mismos.
– El agua de bebida.
Desde el punto de vista físico, el agua actúa en el animal como un amortiguador entre su propia temperatura y el medio ambiente. Desde el punto de vista nutricional, se comporta como un solvente universal. El agua favorece el ablandamiento y fermentación de los alimentos, permitiendo su asimilación y la excreción de orina y heces.
Luego de recordar y tomar conciencia del papel fundamental que tiene el agua en todos los procesos referentes al crecimiento, desarrollo y etapas productivas en los bovinos, nos ocuparemos de describir sus dos principales condiciones a tomar en cuenta en las explotaciones lecheras, Calidad y Cantidad.
CALIDAD DEL AGUA DE BEBIDA
La calidad del agua de bebida para los animales es tan importante como la cantidad. El agua que bebe el animal debe ser limpia, inodora, incolora e insípida. La ingesta de agua de baja calidad determinará pérdida de condición en los animales, falta de apetito, trastornos digestivos, reducción en la producción láctea, alteración en la reproducción y en los casos más extremos hasta la muerte.
Existen tres criterios básicos para medir la calidad del agua en las explotaciones; éstos son: Análisis Químico; Bacteriológico y Físico.
Análisis químicos
Sólidos totales disueltos (STD). Con este índice se busca cuantificar la materia inorgánica disuelta en el agua; es importante para determinar si el agua es apta para consumo o no.
Menos de 1,000 (mg/l): Un nivel relativamente bajo de salinidad sin seria disminución de consumo en cualquier clase de ganado.
1,000 – 2,999 (mg/l): Satisfactoria para todas las clases de ganado. El agua puede causar temporalmente una diarrea leve en el ganado no acostumbrado, pero no debería afectar ni la salud ni el rendimiento. Los niveles individuales de minerales deben ser revisados.
3,000 – 4,999 (mg/l): Satisfactoria para el ganado, aunque puede causar eventualmente diarrea y rechazo al principio en los animales no acostumbrados.
5,000 – 6,999 (mg/l): Generalmente segura para el ganado de carne y leche, ovejas, cerdos y caballos. Evitar utilizar aguas con niveles más altos para animales preñados o en lactancia.
7,000 – 10,000 (mg/l): Probablemente inadecuada para cerdos. Puede existir un riesgo considerable en el uso de esta agua para vacas preñadas o en lactancia, caballos, ovejas, animales, o para cualquier animal sujeto a alto stress por calor o pérdida de agua. En general, el uso de esta agua debe ser evitado, aunque los rumiantes mayores, los caballos y aún los porcinos pueden subsistir con ella por largos períodos bajo condiciones bajas de stress.
Más de 10,000 (mg/l): Los riesgos con estas aguas altamente salinas son tan grandes que no pueden recomendarse para su uso bajo ninguna circunstancia.
Dureza no juega un papel importante a nivel nutricional, pero puede afectar la vida útil de algunas instalaciones, además de requerir mayores cantidades de jabón y detergentes para las tareas de limpieza. Se mide en relación a la concentración de carbonato de calcio (CaCO3). El agua con más de 121 mg/L de CaCO 3 es considerada dura.
Concentración de Nitratos Los nitratos y nitritos en el agua son peligros potenciales muy serios. Reaccionan con la hemoglobina en la sangre haciéndola incapaz de transportar Oxígeno. Entre las especies, los rumiantes son los más susceptibles porque las bacterias en el rumen convierten el nitrato en nitritos. El problema se agrava con las altas concentraciones que en algunas épocas del año presentan los forrajes en la sabana cundiboyacense (Colombia). Los niveles máximos aceptados para aguas son para Nitratos (NO3 – )100 mg/l y para Nitritos (NO2 – ) 10 mg/l puesto que los NO2 – son diez veces más tóxicos.
pH Define la alcalinidad o acidez del agua. El pH del agua de bebida puede variar entre 6 y 8.5. Se sabe que las aguas ligeramente alcalinas con un pH entre 7-7.5 son las mejores para el ganado. Bajos pH resultan en acidosis y pérdidas en la producción láctea, pueden ser corrosivas y provocar liberación de metales por disolución del sistema de cañerías.
Sulfatos Es la sal que posee el efecto más adverso sobre la salud debido a las combinaciones posibles: con el Mg y el Na. El límite máximo de tolerancia para el ganado se considera de 1500 mg/l.
Análisis bacteriológicos El agua puede contener una variedad de microorganismos, incluyendo bacterias, virus, protozoos y huevos de parásitos. Un conteo de coliformes por encima de 1/100 ml puede causar diarrea en terneros. Un conteo por encima de 20/100 ml puede resultar en diarrea en vacas y vacas en ayuno. La cloración del agua removerá las bacterias peligrosas y otros microorganismos. Los protozoos y los enterovirus son más resistentes a la cloración que las bacterias.
Análisis físicos Desde el punto de vista físico el agua debe ser limpia, inolora, incolora e insabora. El agua, en estado líquido, toma la forma y la calidad del recipiente que la contiene; por lo tanto, la calidad del recipiente puede definir la calidad del agua. Entonces, los bebederos, corrientes de agua, represas etc. deben mantenerse limpios, libres de materiales extraños, tales como restos de vegetales, animales, tierra y basuras.
CANTIDAD DE AGUA
El agua es el principal constituyente celular, formando parte de más de la mitad del peso del animal. Una vaca contiene 55-60% de agua.
En general, los requerimientos de agua por unidad de peso corporal disminuyen con la edad. Un bovino adulto consume entre un 8-10% de su peso en agua. Una vaca lechera puede consumir entre 38 a 110 litros de agua por día (l/d), y un bovino para carne de 26 a 66 l/d. Las hembras preñadas consumen más agua que las vacías, y las lactantes más que las secas. Las vacas lecheras, son las que más agua consumen de todos los bovinos, en proporción a su tamaño corporal, debido a que tienen grandes requerimientos de agua para poder mantener su producción láctea, ya que entre el 85 y el 87% de la leche, es agua.
Hay diversos factores que influyen sobre la cantidad de agua requerida por los animales, tales como: raza, edad, estado fisiológico; temperatura y humedad ambiente, velocidad del viento, contenido de proteínas e hidratos de carbono de la dieta, ingestión de sales, etc. Los factores que más modifican el consumo de agua son la temperatura ambiente y el tipo de alimento.
La vaca lechera aumenta drásticamente su consumo de agua en el período de verano, como consecuencia de las altas temperaturas ambientales, por lo tanto, se torna de gran importancia su disponibilidad en forma irrestricta y permanente. Es así qué cuando la temperatura ambiente no supera los 4,4° C, el consumo de agua es de 3 litros/kg de materia seca consumida; cuando la temperatura ambiente se incrementa a 27° C, el consumo de agua alcanza los 5,2 litros/kg de materia seca consumida y finalmente cuando la temperatura ambiente llega a valores de 37,8° C, el consumo de agua se eleva a 15,6 litros/kg de materia seca consumida.
En el siguiente cuadro, Harris y Van Horne (1991) presentan información de consumo de agua para diferentes categorías y niveles de producción bajo diferentes temperaturas ambientes.
CONSIDERACIONES FINALES
Debemos asegurar suficiente espacio de bebedero para que todos los animales de un grupo tengan libre acceso al agua, idealmente debemos buscar bebederos grandes de 250 lts como mínimo por cada 25 vacas.
El bebedero siempre debe encontrarse los más cercano posible de los animales para asegurar consumos adecuados y reducir el gasto energético de estos por desplazamiento.
Vigilar con detenimiento la temperatura del agua tanto en los climas fríos como cálidos, ya que el suministro del líquido, caliente o muy frío, es factor limitante para su consumo. Esta condición la podemos controlar cambiando el agua en bebederos portátiles en las horas de mayor temperatura o ubicándolos bajo sombra o techo, en el caso de temperaturas altas o temperaturas muy bajas.
Debemos evitar ubicar los bebederos cerca de la línea de cerca eléctrica, para aprovechar todo el espacio del bebedero y evitar el temor del animal a acercarse por miedo a la corriente eléctrica.
BIBLIOGRAFÍA
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